Catequesis Confirmación

CURSO 2019-20

1º AÑO (1º ESO):

Viernes 17:30h

2º AÑO (2º ESO):

Viernes 17:30h

3º AÑO: (3º ESO):

Viernes 17:30h


CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN PARA ADULTOS:


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Breve charla sobre el sacramento de la Confirmación (Jose Pedro Manglano):





Durante la celebración del sacramento de la Confirmación se entretejen varios signos:

La comunidad cristiana

El primer signo de toda celebración litúrgica es la comunidad cristiana que se retine para que, como testigos de Cristo, manifestar su fe (ver CIC 752, 1140, 832). En la celebración de la Confirmación la comunidad reunida es, sobre todo, de adolescentes y jóvenes dispuestos a renovar su propia vocación y misión como bautizados; los acompañan sus papás, familiares, padrinos, vecinos y responsables de la comunidad cristiana.

Presidida por el Obispo

"Los obispos son los sucesores de los apóstoles y han recibido la plenitud del sacramento del Orden... La administración de este sacramento por ellos mismos pone de relieve que la Confirmación tiene como efecto unir a los que la reciben más estrechamente a la Iglesia, a sus orígenes apostólicos y a su misión de dar testimonio de Cristo... Aunque el obispo puede, por razones graves, conceder a presbíteros la facultad de administrar el sacramento de la Confirmación" (CTC 1313; ver CIC 1290; CDC 882,884.2).

La renovación Bautismal

"La liturgia del sacramento comienza con la renovación de las promesas del Bautismo y la profesión de fe de los confirmados" (CIC 1298). Este signo es muy especial, pues el único sacramento en que se renueva explícitamente el Bautismo es en el sacramento de la Confirmación, lo que nos indica que éste se encuentra en prolongación del primero. La renovación bautismal tiene dos momentos muy significativos:

Una renuncia en que rechazamos:

al demonio,a sus obras que quitan y debilitan la vida, y a los poderes que en el mundo hacen alianza con las fuerzas de la muerte.

Una profesión en la que confesamos:

Creer en Dios Padre y Creador, en Dios Hijo hecho Hombre para nuestra redención, en Dios Espíritu Santo Señor y Dador de Vida, y, en la Iglesia a la que reconocemos como el gran signo que manifiesta a Cristo en el mundo continuando su misión evangelizadora.

Imposición de manos invocando al Padre la efusión del Espíritu Santo

"El obispo extiende las manos sobre todos los confirmados, gesto que, desde el tiempo de los apóstoles, es el signo del don del Espíritu" (CIC 1299). Esta imposición de manos y la invocación a Dios expresan que el don que van a recibir quienes se confirman, viene de Dios. Es la mejor de las bendiciones, porque se cumple la gran promesa anhelada desde el Antiguo Testamento (ver Jr 3 1, 31-34; Ez 36, 22-32). Estos adolescentes y jóvenes, serán hombres y mujeres que vivan la plenitud de la vida según el Espíritu.

Unción con imposición de la mano
"El sacramento de la Confirmación es conferido por la unción del santo crisma en la frente, hecha imponiendo la mano, y con estas palabras: Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo" (CIC 1300).

El obispo unge con el santo crisma a cada uno de los que se confirman. Es la forma con que Dios ha señalado a los que El ha elegido para que sean sacerdotes, profetas, reyes y mártires de su pueblo. Este gesto nos habla de la dignidad del confirmando, pero, sobre todo, nos habla de la misión que él recibe en el momento de ser ungido con el crisma. Estamos ante otro Cristo que recibe del Señor la misión de anunciar buenas nuevas a los pobres, liberar a los cautivos, abrir los ojos al ciego y anunciar el tiempo de gracia que Jesús ha inaugurado, en fin, la misión de que toda su vida desprenda "el buen olor de Cristo" (2 Co 2, 15) (ver CIC 1289,1291,695,1294).

El confirmando es marcado en su frente con la cruz de Cristo. "

Por medio de esta unción, el confirmando recibe ´la marca´, el sello del Espíritu Santo" (CIC 1 295). "Este sello del Espíritu Santo, marca la pertenencia total a Cristo" (CIC1296) (recordar el tema anterior). El adolescente o joven está llamado a tomar su cruz para seguir a Jesús y recibe la fuerza del Espíritu Santo para poder asumir el dolor, el sufrimiento y la misma muerte de su prójimo, para salir vencedor de las pruebas, como Cristo de la cruz.

Mientras el obispo unge la frente con la Cruz del Señor, tiene puesta la palma de su mano sobre la cabeza del confirmando. Señal de que la unción se da para una misión. Es el gesto reservado desde los apóstoles para los envíos. Así, el enviado recibe la misión y la autoridad de quien envía. Quien lo recibe es para la Iglesia un misionero del Señor, un miembro pleno del Cuerpo de Cristo, llamado a transformar la historia de su tiempo (ver CIC 131 3).

El beso de paz

El obispo besa la mejilla del nuevo confirmado dándole la paz del Señor. Es un signo que "manifiesta la comunión eclesial con el obispo y con todos los fieles" (CIC 1301).
La Iglesia se llena de alegría porque cuenta con nuevos apóstoles y testigos del Señor. Sólo hay que dejarse convertir y adherir al evangelio de Cristo Jesús.