La voz de nuestro Obispo

Mons. Jose Manuel Lorca Planes, Obispo de Cartagena.
III Domingo de Adviento.

En el tercer domingo de Adviento la Palabra de Dios se centra en una dimensión importante y necesaria para el hombre de hoy: no debemos cerrar las puertas al Espíritu. Puede que sea más que necesario, cuando la insistencia es tanta. Escucharemos cómo San Pablo lo urge: “no apaguéis el Espíritu”, “no despreciemos el don de la profecía”. Aunque han pasado tantos años desde que fueron pronunciadas estas palabras no han perdido actualidad, porque también nosotros necesitamos la fuerza del Espíritu y el oficio de los profetas. Un profeta pertenece a Dios, está consagrado su servicio y es enviado al pueblo. La misión del profeta es recordarle continuamente a todos que Dios no se ha olvidado de ellos, que cuida y protege a su pueblo.

La figura de Juan Bautista nos ayuda a entender lo que nos está pidiendo el Señor a cada uno: heraldos, mensajeros, testigos de la LUZ para que todos vengan a la fe, hombres y mujeres que sean la VOZ que grita en el desierto. No creas que tu no puedes cumplir esta tarea, eres un profeta, por el Bautismo. Sabes que Dios reviste a los profetas de una fuerza invisible que les empuja a hablar.

Veamos, en concreto, lo que quiere el Señor de ti: que te acerques a las personas para ayudarles a conocer a Jesucristo y que crean en el Dios que le resucitó de los muertos. El Papa Benedicto XVI nos lo expresó de una manera muy clara, para que sepamos lo que significa evangelizar, con la imagen del grano de mostaza: Con humildad, sin prisas, dando primacía a la autenticidad de la conversión personal tenemos que ir ganando para la fe a nuestros hermanos uno por uno. Sin ponernos fechas ni calendario, dejando que Dios dirija la historia y marque los ritmos de la nueva expansión del evangelio.

Fuente: www.diocesisdecartagena.org/es/Inicio.aspx